SPAK, LESLIE
La palabra sangre es un feliz ejemplo de polisemia de direcciones antagónicas. Nuestra sangre es la representación de nuestra mortalidad, de nuestra vulnerabilidad y de nuestra finitud. Somos seres sangrantes, después de todo y esa condición nos emparenta con las bestias que enfilan al matedero cada dia, con puntualidad. Pero la sangre es también la representación de nuestra familia y todo lo que esta puede evocar