CARLSON, UWE
La iconografía excesivamente variada en el antiguo Perú fue un elemento esencial en la representación de las imágenes divinas durante un período de unos 2500 años. Esto se revela como la trinidad de una imagen del dios supremo y la asignación de la combinación de dos dioses igualmente simbólicos, la diosa la tierra y el dios agua. Este ídolo probablemente fue creado a inicios de Chavin alrededor del 1000 A.C. por sus sacerdotes y posteriormente sufrió varios cambios elementales en su apariencia, pero sin cambiar su contenido religioso. Las crónicas de los conquistadores españoles del siglo XVI ya tenían un dios creador que se presentaba como un par de dioses. Como simbolismo su imagen domina la iconografía peruana en la forma del meandro escalonado y serpiente. La imagen, que inicialmente sólo estaba influenciada por el felino, cambió alrededor del año 500 D.C. al añadir la harpyía a una representación híbrida. Posteriormente, en la cultura Paracas, su sustitución se llevó a cabo mediante el uso de máscaras. Nasca adoptó esta misma imagen a principios de siglo. Tiahuanaco y Huari también utilizaron sustituciones particulares en el primer nuevo milenio. Moche domina al mismo tiempo con imágenes divinas geométricas y emblemáticas, utilizando tanto simbolismos atributivos, como meandro escalonado y meandro de serpiente. Esto continúa después de los años 1000 D.C. con las imágenes predominantemente antropomórficas de los dioses de Chimú y Lambayeque. Entre 1200 y 1450 D.C., Chancay y algunas culturas de la costa sur recuperaron el dominio de la imagen del dios felínico y al mismo tiempo el ave costera recuperó su carácter sagrado. Esto también puede sugerir una asociación con las representaciones híbridas de Chavin. El Imperio Inca logró desde 1450 D.C. hasta la conquista española en 1532 D.C. dominar toda la región andina, pero esta imagen divina mantuvo en gran medida su importancia.
La representación de las imágenes divinas se revelan principalmente en los textiles, pero también en la cerámica, los murales, el metal y otros objetos. En todas las imágenes, así como en los detalles, es absolutamente necesario advertir u observar el carácter simbólico, ya que aquí no se revela ninguna referencia a las apariencias reales. La geometría y la abstracción permitieron que estos diseños se presentaran de manera concisa y notable, hasta un diferente minimalismo, de modo que fueron leitmotiv útiles para los sacerdotes en el desarrollo y mantenimiento de la agricultura y la gestión del agua como base de la vida. Este era el requisito previo esencial para que los pueblos del antiguo Perú se convirtieran en comunidades prósperas y para continuarlas durante siglos como civilizaciones avanzadas. La organización religiosa y la presentación de una imagen divina lógica y beneficiosa era un requisito previo y un contenido elemental de la vida cotidiana.
El libro revela el surgimiento y la variación de la imagen divina en el antiguo Perú, comenzando con Chavín y terminando con los Incas, en un período de casi 2500 años.
Las fotos de la portada muestran una pequeña pero representativa selección de imágenes de dioses del antiguo Perú. divinas del antiguo Perú. Son detalles pintados del ídolo en textiles de diferentes culturas entre 1000 A.C. y 1500 D.C.
Las fotos del texto muestran imágenes divinas textiles de Chavín, Paracas, Nasca , Tiahuanaco, Huari, Moche, Chimú, Lambayeque, Chancay y otras culturas. Todos ellos expresan, además de la imagen del dios supremo, el simbolismo complementario de la fertilidad (meandro escalonado o/y meandro serpiente) como símbolismo de la combinación de la diosa tierra y el dios agua.
Hasta el día de hoy no se puede encontrar en la literatura disponible, interpretaciones homogeneas o comprensibles del mundo divino y de la iconografía del antiguo Perú. Esto es aún más sorprendente ya que la abundante y compleja iconografía de Mesoamerica ha sido objeto de reveladoras interpretaciones.
Con referencia a los inicios de la cultura Chavin que fueron alrededor del 1000 A.C., el antiguo Perú se fundamentó en una secuencia de culturas algunas muy grandes y otras más pequeñas, durante un período de más o menos 2500 años. Este libro presenta doce de las antiguas culturas peruanas que estuvieron sometidas a la influencia de la cultura Chavín, ya sea directamente, antecediendo a èstas en su secuencia cronològica o recurriendo a culturas mucho más tempranas.
La topografía específica de la región andina, con sus distancias y alturas, así como sus peculiadades geológicas y climatológicas, debe tenerse en cuenta para poder medir los efectos de los contextos interculturales.
Se ha señalado desde el comienzo , que este libro dada la enorme diversidad que contiene de representaciones de la antigua iconografía peruana , debería limitarse al desarrollo y diseños más esenciales. Sin embargo, muchos enfoques pueden condiserarse transferibles.
En este punto, es necesario referirse al libro "Tierra, Agua, Hombre y Dioses" del año 2015 del mismo autor, el cual contiene también una introducción a la iconografía , mas no así el descifrado detallado y las conexiones de Chavín-Paracas-Nasca. Estos fueron presentados por primera vez por el autor en el "Congreso Internacional de Iconografìa " 2019 en Barcelona.
Debemos precisar que en el lugar de la variedad de textiles originales mostrados en el libro anterior, este libro contiene una compilación de detalles de textiles pintados, lo que deberían hacer aún más comprensible la iconografía que se presenta así un completo panorama de la parte probablemente más esencial de la cultura del antiguo Perú. Sobre esta base, la descodificación de las representaciones de otros tejidos y objetos podría resolverse sin ninguna dificultad.