AA.VV
En la actualidad, la estética industrial es requerida frecuentemente como estrategia de apoyo al programa de identidad corporativa de una institución, empresa o marca comercial específica. Esta arquitectura proyecta edificios tanto para la empresa en cuestión y su posible mercado como el personal empleado. Es exactamente en este momento cuando se produce una ruptura con la tradición y el espíritu que la estética industrial había mantenido hata el high-tech style de los años sesenta. La técnica, que desde la Revolución industrial encarnaba una utopía social y representaba el ideal de futuro, deja de ser un valor en sí mismo para transformarse en un argumento más de identificación comercial en una sociedad frecuentemente denunciada como de consumo, pero económicamente próspera y en expansión.