PEREZ- RUIBAL, JORGE
Jorge Pérez-Ruibal no perturba el orden por puro capricho, pero tampoco nos toma por asalto con una agenda revolucionaria. En realidad, no sabe lo que está haciendo. No es que quiera cambiar el mundo, es simplemente que no puede evitarlo. tiene la urgencia suprema de decir ciertas cosas o , si preferimos ponernos orientales, son ciertas cosas las que tienen urgencia de hablar a traqvés suyo. Rodeado de brumas serenas y árboles de cerezo, el alfarero zen le pregunta a la arcilla qué forma desea entregar al mundo, mientras que, en el otro extremo del globo, Pérez-Ruibal efectúia al mundo, mientras que, en el otro extremo del globo, Pérez-Ruibal efect{ua un rito equivalente, sólo que con tinta y papel.