AA.VV
Taku Sakaushi se está convirtiendo cada vez más en un punto de referencia cuando se habla en serio de los nuevos intereses en la arquitectura japonesa, ya sea la conciencia social, la reutilización de edificios o la ecología. Una de las cualidades de su arquitectura deriva de este interés por el aspecto público de la arquitectura.
Sus edificios siempre reconocen un exterior con el que relacionarse de forma consciente, y algunos de sus proyectos se basan precisamente en este tipo de conexión. Esto no es tan común en el contexto japonés como pueda parecer.
Otras dos cualidades son un basso continuo que recorre todas sus obras. Una es la ligereza de los espacios y volúmenes que diseña. Quizás sería mejor llamarlo claridad, en sus diversos sentidos, aunque algunos espacios sean intrincados.
Otro es la calidad táctil de sus interiores y exteriores. Tienen textura, ya sea materialmente o por color, y a menudo se definen por paredes inclinadas. Sus proyectos se dirigen a lograr un espacio que no solo se perciba, comprenda o emocione, sino que exija físicamente una reacción del usuario: moverse, acariciar las paredes, subir escaleras, agacharse en el suelo. Sentir.
Esta monografía recoge 20 años en la trayectoria de este arquitecto japonés. 264 páginas de obras y reflexiones, fotografías, planos y detalles, y con textos de Enric Massip, David Stewart, Shunsuke Kuwahara, Diego Grass, Manabu Chiba y Shinichi Takiguchi.