LEÓN, FRANCISCO
Una nueva sensibilidad empezaría a despertarse a partir del 50 y se afirmaría en toda la década del 60, inyectándole a la sociedad un rubor contestatario, pleno de juventud y alcances ecológicos a pesar de los conflictos extremos que sacudían la escena mundial. Se sucedieron oleadas de modas y cambios artísticos ante el remezón de hechos artísticos, sociales y culturales, como la Revolución China y la Revolución Cubana, la Primavera de Praga, la Guerra de Vietnam, el movimiento Hippie, la revuelta de mayo en Francia. Aquí en el Perú la situación era también agitada con las guerrillas del Ejército de Liberación Nacional, en el que militó y se inmoló Javier Heraud: las guerrillas campesinas de Hugo Blanco y el golpe de estado contra Belaunde, encabezado por Velasco Alvarado, quien propició un movimiento revolucionario de carácter popular. En todo este marasmo diálectico un sentimiento de franca rebeldía empezó a propagarse en el circuito musical tanto internacional como peruano donde casi adolescentes los músicos se juntaban en una banda para enfrentar al mundo en crisis, empuñando una guitarra eléctrica y una batería, causando júbilo entre la juventud y desconfianza en los adultos por su música violenta como su mensaje iconoclasta. Los Beatles, los Rolling Stones, Paul Simon, The Doors, Jimi Hendrix y una larga lista de eximios solistas y agrupaciones remecieron las grandes cosmópolis donde se asentó el rock and roll.