PAUL LAURENT
Paul Laurent (Callao, 1972).
.Ensayista peruano. Formado en la Universidad de San Marcos de Lima, su producción intelectual se centra en los campos de la filosofía política, instituciones e historia de las ideas. Colaborador en revistas académicas en su país y en el extranjero, es autor de los libros Summa ácrata (2005), La política sobre el derecho (2005), Teología y política absolutista en la génesis del derecho moderno (2005), El misterio de un liberal. El extraño sendero de Hernando de Soto (2009) y El surgimiento de la libertad moderna.
La experiencia republicana anglo-neerlandesa del siglo XVII (2023). Ha participado en diversas publicaciones colectivas.
Colaborador en diarios de su país y del exterior, es ocasional comentarista político en radio y televisión.
¿Realmente qué tan modernas son las bases del moderno constitucionalismo?
La sola pregunta arrastra una duda o una negación. Por lo mismo, ¿es verdad que hace dos siglos Occidente rompió con los soportes teocráticos y absolutistas que le impedían a los hombres explotar ampliamente sus estrenadas libertades?
Publicado en una primera versión bajo el título Teología y política absolutista en la génesis del derecho moderno (Pontificia Universidad Católica del Perú, 2005), en virtud al Premio Nacional de Ensayo PUCP, la tesis que se sostiene denuncia un no rotundo a dicha interrogante.
Hurgando en autores imprescindibles en los campos del derecho, la historia, la filosofía y la teoría política, el presente texto expondrá que tanto la tradición medieval del pensamiento eclesiástico y como la del Sacro Imperio Romano-Germánico no desaparecen con la modernidad.
Antes que caer en el lugar común de que fue la reforma protestante la que generó un giro radical, se acusa un reacomodo del discurso que asume a la sociedad política como una congregación de fieles. Así pues, este trabajo trata del cómo los rudimentos de las teorías premodernas sobreviven en aquello que debería de ser una ciencia que reivindique autonomías individuales, siendo que en su lugar acarrea convicciones innegablemente antagónicas a ese fin