RENAN, ERNEST
Coversar con un filosófo suele ser una agradable experiencia. Los filosófos son interlocutores amenos. Las gusta explicarse, son oyentos atentos, argumentan con placer y no temen a réplicas que puedan desmentir sus afirmaciones. "Adelante, ¡contradigame¡" dice el filósofo alemán Hans Georg Gadamer, para el que "el arte de conversar, también consigo mismo, constituye la fuerza del pensamiento". "Me gusta llevarle la contraria", añade, "conversar es eso".
En las dieciocho conversaciones que integran el presente libro casi nunca se llegó a entablar una discusión acalorada. La polémica no es un género en el que la filosofía desenvuelva con facilidad, pues suele conducir a posiciones involuntariamente parciales, más que a una comprensión y un juicio equilibrados. En esta caso, lo importante era precisamente esa comprensión.