NOLTE, MUSUK / SEARLES, LESLIE
El foto ensayo de Leslie Searles y Musuk Nolte muestra la particular percepción que tienen del país. El proyecto cuenta la mística y ritualidad que encontraron en sus viajes por diversos pueblos de la sierra y comunidades nativas de la selva central.
Hay oscuridad sobre ciertos temas. Más allá de la experiencia estética, la fotografía puede iluminar, dar a conocer. Quizás por eso, Musuk Nolte, sentado al lado de Leslie Searles en una casona miraflorina, diga que es un libro a partir de la oscuridad y de ahí, quisimos estilografear con luz lo que queríamos resaltar. Es decir, soltar ramalazos de luz. Porque debemos decirlo, este no es un libro convencional de fotografía. No es un compendio típico de lugares y paisajes que turistas lleven como souvenir. No se trata de abarcar geográficamente el país. Es un bloque negro, un objeto sólido, casi un monolito, que invita a recorrer las imágenes de una manera particular. No hay un mapa por regiones. Si existiera un guión narrativo sería aquello que se transforma: algo que se derrite, que se moja, un rayo de luz, una explosión. Todo lo que cambia de estado. Lo que muta.
Eso fue lo que encontraron en sus viajes desde hace cuatro o cinco años. Y fue recién hace uno, después de definir la propuesta estética que querían y de la idea concreta de un libro, que regresaron a los mismos espacios para registrar las imágenes. Es un proceso de aprendizaje, de conocimiento por intuición, dice Nolte. Queríamos escenas para poder narrar las cosas del imaginario que teníamos, más allá de la noción sobre el país. Es una idea subjetiva, una interpretación de un concepto abstracto como el Perú, dice Leslie Searles. Al enfocarse en un tema tan sensible, su mirada no es antropológica o enajenada, sino más bien, ritual. En las páginas, dominan las imágenes a blanco negro (sin la exuberancia típica en las postales y estampas de la selva). En lo mítico, encontraron que los personajes y dioses comparten muchos rasgos y parten de la naturaleza. Como en las ceremonias de la Virgen de la Candelaria en Puno, el Qoyllur Riti en Cusco o en las ceremonias de ayahuasca en la selva. Son varios ensayos sobre varios temas, sobre la mística de los mitos con la naturaleza, con las comunidades nativas de la selva, con las festividades de la sierra. Así se rompe un paradigma de cómo un proyecto fotográfico termina siendo otra cosa, porque muchas imágenes se resignifican, dice Nolte, quien piensa que podrían haber tardado veinte años en editar otro volumen. Porque esa tarea de la obra última y completa no existe. Al final, cogieron el material que tenían y lograron la edición en medio año. Hubo una similitud en la intención al momento de tomar fotos y no hubo mayor conflicto en ese sentido, dice Nolte. Porque más allá de la fotografía, el trabajo en tándem de ambos jóvenes fotógrafos existe una coincidencia de intereses que se manifiestan en la literatura, en la plástica, en el cine. De esa manera, se acercaron a la Asociación Mate y gracias al apoyo de UNACEM (Unión Andina de Cementos), empresa que nace de la fusión de Cementos Lima y Cemento Andino, PIRUW salió de imprenta. Nos enfrentamos a un libro único, peculiar y raro, que trabaja con emociones y sensaciones que conviven en su país.