AA.VV
El libro analiza cuatro aspectos fundamentales de la estampa satírica limeña. Así, rastrea su historia a través de una cronología de los gobernantes del Perú que va desde el general José de San Martín hasta Andrés Avelino Cáceres (1886-90, 1894-95) y Nicolás de Piérola (1895-1899). Como segundo punto versa sobre lo que se ha denominado la rebelión de los lápices donde se da cuenta que por temor a represalias gubernamentales, los caricaturistas peruanos mantenían su total anonimato bajo seudónimos y utilizan los diarios o semanarios jocoserios como trincheras ideológicas. Luego viene el mundo al revés un vocabulario simbólico utilizado por los caricaturistas en las que gráficamente invertían y tergiversaban el orden natural de las cosas a modo de denunciar y parodiar los efectos nocivos de costumbres sociales y políticas gubernamentales que socavaban la Constitución misma de la Republica peruana. Por último, la caricatura republicana también ofrece un testimonio único para el Lugar de la Memoria. Esta recoge las polémicas sobre el Libre Ejercicio de la Ciudadanía del indígena y del negro que antes de los sufragios son mostrados siendo sobornados por políticos inescrupulosos.
