BENDAYAN, CHRISTIAN / CORNEJO CHAPARRO, MANUEL
En el siglo XIX cuando se dio inicio al desarrollo de la práctica fotográfica en la Amazonía se produjo un despliegue de sus posibilidades, tsnto para cubrir uns función documental como para sublimizar aquel imaginario exotizado y seductor de la selva. La reproducción de las fotos sobre la selva constituía no solo una representación de este espacio sino la apropiación y consolidación de los diversos proyectos estatales sobre el bosque. La fotografía como señala Sontag (2006) significa "establecer con el mundo una relación determinanda que parece conocimiento, y por lo tanto poder". En efecto, para ejercer este poder sobre el territorio amázonico se dio lugar a la construcción de un imaginario que devenía de nuestra herencia colonial. La selva seguía siendo el lugar donde había que descubrir palabras para enumerar aquellas imágenes inéditas que sedujeron y aterraron a los conquistadores españoles y que ahora propiciaban en los exploradores republicanos esa enmarañada mezcla de terror y fascinación, porvenir y soledades, abundancia y muerte.
Es así que se diseña una "cartografía del poder". Desde Lima y algunas ciudades regionales se clasificaban, inventariaba y proponía, no solo el conocimiento sobre ese territorio y sus pobladores, sino más aún, se delimitaba la función social del poblador amazónico y se lo encasillaba en esteretipos útiles de la época.