SALAS SERRANO
Es un hecho que en los países en desarrollo los pobres son más vulnerables ante los desastres naturales que los sectores de mayores ingresos, ya que sus viviendas se localizan generalmente en zonas de riesgo. A veces, este riesgo se asume de forma consciente debido a las ventajas que ciertos terrenos presentan por su ubicación respecto de la ciudad, ya sea para habitar o para realizar actividades productivas. En no pocos casos, los terrenos vulnerables de los asentamientos de los más pobres se encuentran sobre pendientes con riesgo de deslizamientos, en orillas de ríos, sobre antiguos vertederos, en laderas de volcanes u otras situaciones de peligro ya que suelen ser las únicas posibilidades de emplazamiento de viviendas precarias.
Cada vez vive más gente en lo que algunos llaman senda del desastre: incremento de población; urbanizaciones informales y viviendas en terrenos marginales; pobre o nulo planeamiento urbano; inexistencia o no aplicación de códigos y normas de construcción; degradación ambiental; deforestación
En definitiva: un desarrollo ciego al riesgo. Desde el punto de vista conceptual, el proyecto tratará de desarrollar el manido axioma: hacer de la necesidad (del desastre socionatural) virtud, propiciando, facilitando y mejorando estrategias semejantes a las de la práctica generalizada: la apropiación de tierras y la construcción incremental. El proyecto centrará su campo de atención en actuaciones ex novo motivadas por destrucciones completas o muy severas de áreas afectadas por fenómenos naturales. Pretenderá la racionalización del proceso de actuación conforme a las siguientes cuatro etapas:
1. Elección de suelos apropiados, contando con dos tipos de apoyos básicos:
. Asesoramiento por parte de especialistas en la elección de terrenos;
. Legalización de la tenencia (propiedad) de la tierra por las autoridades competentes;
2. Parcelación ordenada conforme a un plan con participación de la comunidad organizada;
3. Urbanización y dotación de Habitabilidad básica (de carácter público) en ocasiones ejecutada por empresas especializadas con participación sustantiva de los beneficiarios;
4. Edificación de casetas sanitarias y/o viviendas mínimas, en gran medida contando con los beneficiarios como aporte sustantivo para la ejecución de viviendas crecederas. (Posteriormente, fomento de la construcción incremental).