LLONA, RAMIRO
Las fotografías de este libro son las que toma un caminante.
Mientras camino, siempre he tenido la costumbre de ir identificando en las calles situaciones, personajes, formas, volúmenes. Detenerme en cómo la uz llega a la textura de un muro derruido o en la manera en que cambian las historias según el lado de la calle en que camine.
Hay un entrenamiento de años. La calle es mi hábitat natural.
En Lima hay que caminar temprano, cuando las calles no están aún tomadas por el transporte. Uno ve una ciudad diferente, como si el tiempo se hubiese detenido. La neblina desdibuja las formas pero acentúa el temperamento de la calle: una ciudad en un permanente proceso de transformación, de desaparición. Si uno mira con atención el protagonista es la nostalgia.
Poco a poco mis paseos se fueron haciendo más extensos. Llenos de urgencia, empecé a caminar como cuando se visitaun lugar por primera vez. Todo era nuevo, todo me emocionaba. Había redescubierto mi ciudad.