AA.VV
La actual crisis del petróleo ha servido para desempolvar viejos paradigmas ecológicos y ha fomentado la aparición de múltiples arquitecturas autoproclamadas como sostenibles. El cuidado por los aspectos
verdes ha pasado de cuestión marginal a imperativo económico o social y la certificación avalada de un proyecto como ecológico expedida por asociaciones y refrendada mediante diversos premios nacionales e internacionales se ha convertido en una distinción a la que aspiran tanto las grandes firmas consolidadas como los pequeños estudios emergentes.