MIGUEL SEBASTIAN
Desde hace ya varias décadas, el déficit habitacional y la calidad del hábitat son un desafío constante para los arquitectos, urbanistas y los planificadores. Las grandes ciudades están siendo afectadas por un crecimiento indiscriminado de la población que se ubica espontáneamente y con frecuencia en situación precaria, en la periferia o en los intersticios de los núcleos urbanos. Es evidente en las ciudades latinoamericanas debido al nivel de pobreza de sus sociedades y la brecha de clases sociales.
Este libro plantea un análisis de esas problemáticas multidimensionales dentro de un contexto preciso: el ámbito de los asentamientos informales de la urbe, habitualmente llamados villas de emergencia o villas miseria.
Se busca la identificación de los habitantes con su territorio, la decisión de los pobladores del asentamiento y que tomen parte activa en la realización de las propuestas. La gestión de la intervención lleva por sí, que experimenten al nuevo contexto urbano como propio, algo que les pertenece y que debe ser conservado.
La consideración de las condiciones ecológicas globales y de las urbanas hace ineludible, la reformulación de los modelos constructivos a utilizar por los diseñadores en su conjunto. Esta reformulación se busca a través de la inclusión de materiales orgánicos como parte de los recursos a utilizar, para permitir una relación más equilibrada entre lo edificado y el medio ambiente.