WILKINSON-ZERNER, CATHERINE
En la segunda mitad del siglo XVI, el rey Felipe II decidió emplear los ingresos del Estado más rico de la Tierra para crear edificios que constituyen el valioso legado de losHabsburgo, eligiendo a un joven inexperto, caballero y soldado, como su arquitecto principal. La asociación entre el rey y Juan de Herrera duró más de treinta años, y los edificios que produjeron -entre ellos, El Escorial, La Lonja de Sevilla y la remodelación urbana de Madrid- inclucaron nuevos ideales que nutrieron a la arquitectura española y europea durante los siglos venideros. Este estudio global sobre la obra de Herrera examina las funciones de un gran patrón y arquitecto en la creación de una nueva era en la arquitectura española.
Catherine Wilkinson Zerner comienza relatando los hechos que llevaron a Herrera a ser arquitecto, y continúa reconstruyendo su pensamiento y práctica arquitectónicos en el contexto español. La visión intelectual de Herrera estuvo más cerca de las ciencias que de las bellas artes, y ambición fue reconstituir la arquitectura como un arte de la construcción que abarcara todo tipo de estructuras en una nueva estética independiente de la pintura y la escultura. En una serie de capítulos sobre los palacios reales, El Escorial, la arquitectura religiosa y los proyectos civiles, la autora nos muestra cómo y por qué el estilo plano de Herrera, de una abstracción no comprometedora -el famoso estilo desornamentado- quedó indeleblemente asociado a la ideología del reinado de Felipe II y a los valores sostenidos por la Casa de Habsburgo.