CALVO CAPILLA, SUSANA
En el siglo X, durante el Califato omeya, Córdoba se convirtió en la ciudad más importante del Occidente islámico. Algún viajero oriental llegó a compararla con Bagdad por su belleza, su extensión y su prosperidad. Córdoba fue la capital del saber en al-Andalus, nombre que recibió la España musulmana, y su reputación se extendía por todo el Mediterráneo. Tenía grandes bibliotecas, sabios y maestros famosos. Aun en tiempo de crisis, conservó su prestigio cultural. Durante el período omeya la ciudad también fue la capital artística de la Península. Gracias a las grandes empresas constructivas de los emires y califas se desarrollaron en la capital talleres artísticos de primera magnitud.