BEDOYA, LUZ MARÍA
Miguel A. López, curador de la exposición, explica que los proyectos de Luz María Bedoya nacen de lo transitorio para dejar vestigios cuyo destino es siempre incierto. Desde un pequeño papel arrugado insertado en alguna pared, gestos extraviados en la ciudad, pequeñas filmaciones de acontecimientos insignificantes, desplazamientos inútiles, o un libro sin rastros de pertenencia o autoría: cada elemento se convierte en una huella de lo imperceptible, de aquello que rechaza la posibilidad de ser fácilmente nombrado.
Por su parte, Jorge Villacorta, reconocido crítico de arte y curador general de la presente edición de la Bienal de Fotografía, hace un repaso por el trabajo de la artista: Bedoya ha construido y perfilado un cuerpo de trabajo que inició en 1990, con propuestas realizadas en el medio fotográfico, y luego expandió mediante el montaje, el objeto escultórico, la instalación, el dibujo (aleatorio, frottage), el videoarte (monocanal, videoproyección, videoinstalación y videoperformance), el texto (escrito, impreso en página y espacializado) y el arte sonoro (registro de audios, experimentos a modo de poesía oral, grabación manipulada); sin por ello dejar a la fotografía completamente de lado.